Busto de G. Alzate en Medellín |
Gilberto
Alzate Avendaño nació en 1910 en la ciudad de Manizales, capital del
Departamento de Caldas. Realizó sus estudios superiores en Medellín,
graduándose en la Universidad de Antioquia en 1936 de Doctor en Derecho y
Ciencias Políticas.
Alzate
Avendaño a los 20 años de edad comenzó su carrera política en las filas del
partido conservador, sin embargo, sus opiniones mutaron y se convirtió en
disidente de este partido, adoptando nuevas ideas y pensamientos influenciados
por el catolicismo, los nacionalismos y populismos que circulaban en
Latinoamérica en la primera mitad del siglo XX.
Creía
en la verdadera libertad de la gran patria latinoamericana siguiendo los
principios de Bolívar. Por tal motivo, en su pensamiento político se encuentran referencias al
Libertador y a la idea de independencia material y psíquica de lo que él
llamaba la “farmacopea internacional”, en palabras de Alzate Avendaño:
Las
dimensiones de la empresa bolivariana, proyectada sobre el tiempo, no estaban
al alcance visual de los ideólogos de pacotilla, sin sentido histórico, ni residencia
en la tierra, cuyo oficio legislativo consistía en aforar formulas y recetas
patentadas de la farmacopea internacional. Desde Francia y Estados Unidos les
llegaban esas ideas reconstituyentes, en cápsulas verbales y frascos de vistosa
etiqueta. Los tribunos jactanciosos acreditaban esos específicos de salud para
las naciones, como si cada Estado no fuese un organismo funcionalmente diverso.
En
sus líneas familiares estaba unido por todos lados con Antioquia, hay que
recordar que Alzate Avendaño nació cinco años después de que Manizales fuera
secesionado de Antioquia y se convirtiera en el Departamento de Caldas. Por
esta vía podemos encontrar en Alzate Avendaño un nexo especial con sus
ancestros vasco-antioqueños, descubiertos en dos obras muy especiales que leyó,
el libro de Gabriel Arango Mejía llamado Las
Genealogías de Antioquia y Caldas, donde ubicó sus ascendentes guipuzcoanos
que provenían del capitán y minero Juan Ventura de Alzate Olais, quien desde
San Sebastián emigró a Antioquia a mediados del siglo XVII. La segunda, fue la novela
de Pío Baroja llamada La leyenda de Juan
Alzate, donde Gilberto descubrió más sobre sus ancestros vascos según lo
explica en una indagatoria en Manizales el 8 de octubre de 1943 ocasionada a raíz
de haber participado en un paro de trasportes en calidad de apoderado y
dirigente. Alzate Avendaño respondió de la siguiente manera cuando le
preguntaron ¿Qué taras o antecedentes hereditarios tiene?
Confieso
que tengo algunos antecedentes familiares que me inquietan y que pueden
contribuir a explicar mi peligrosidad extrema. Algunos de ellos los he leído en
una novela de Pío Baroja, denominada La leyenda de Juan Alzate: Es la obra de
un poeta aldeano que narra las viejas historias de su comarca. Los Alzate, al
decir de Baroja, eran los parientes mayores del país vasco, tan viejos como el
monte Larrún. Alzate, en vascuence, quiere decir abundancia de alisos. El aliso
es un árbol mágico en la mitología centroeuropea. Por eso algunos han creído
que el primer Alzate era un mito solar. Los fundadores del linaje vivían en una
vieja torre, a orillas del Lamiocingo Erreca, un arroyuelo de las Lamias, que
marcha a desembocar en el Bidasoa. Dicen las crónicas que uno de esos remotos
abuelos, mató a un dragón que se escondía en una de las cuevas del monte
Labiaga. Yo me temo que eso se herede. Según el señor Gabriel Arango Mejía, en
sus genealogías antioqueñas, en la época de la conquista o la colonia vino a
esta tierra el primer hombre de mi casta. Era un capitán llamado Juan Ventura
de Alzate. Su hijo mayor tuvo el mismo rango en las milicias reales.
Referencias
hacía los ancestros vascos de los antioqueños fueron frecuentes en esta época y
se pueden encontrar en libros, investigaciones, artículos de revistas,
archivos, documentos personales como cartas, postales, referencias y otros
medios.
Lo
anterior generó un clima de admiración, fraternidad y cordialidad del pueblo
antioqueño hacía el pueblo vasco, por esta razón en Antioquia se presentó una integración
exitosa de varias generaciones de vascos que migraron en este siglo XX, muchos
de los cuales formaron familias en la montaña como los: Alzate Vizcarguenaga, Apodaca,
Arostegui, Arriola, Arrastía, Clavería, Galdoz, Goicoechea, Gómez, Goñi, Irazábal,
Irazusta, Iriondo, Larraona, Lekuona, Leoz, Linaza, Mateos, Ormaechea, San
Vicente, Sarasa, Susaeta, Urriola, Urrutia, Zarategui, Zulaica y Zulategi, entre
otros más como los centenares de religiosos vascos que hicieron presencia en
este siglo en Antioquia.
Autor: Jon Ricaurte
Autor: Jon Ricaurte
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