La
madre Concepción Aranceta es una simpática hermana de la comunidad pasionista
entregada al servicio, así lo recuerda José Miguel Ramírez quien la conoció en
su natal Pereira, produciendo un gesto de alegría cuando le recordamos el
nombre de la madre vasca. Y es que para José Miguel Ramírez la madre vasca
siempre estará muy presente, gracias al tiempo que compartió con ella y a las
enseñanzas de la variedad vizcaína del euskera que recibió de esta dedicada
maestra.
Contxita
como le gusta que la llamen salió de su natal Elgeta a finales de los sesenta
para cursar estudios teológicos en Roma, jamás pensó terminar en América y
menos quedarse tanto tiempo. Todo comenzó cuando en 1979 fue enviada luego por
la comunidad pasionista femenina a apoyar una misión ubicada en Latinoamérica,
específicamente en la ciudad de Medellín. Su labor consistía en apoyar sobre
todo a las mujeres vulnerables de los sectores más populares de la ciudad, a quienes
dictaba talleres de manualidades, charlas de orientación y crecimiento
personal, entre otras.
En
esta labor desarrollada en los barrios periféricos de Medellín le ayudó otra
religiosa vasca llamada Milagros y muchos otros religiosos de la comunidad
pasionista que hacía presencia en Colombia.
La
comunidad pasionista fue una de las que participó activamente en la misión
apostólica en América Latina. En Colombia primero se instaló la orden masculina
en 1927 con miembros casi exclusivamente vascos, según el autor del libro Vascos en Colombia Francisco de
Abrisqueta, cuando afirmó que pertenecían quizás a la comunidad pasionista de
Urretxu, en Guipúzcoa. Por tal razón son recordados los nombres de los
presbíteros Gabriel y Salvador Amézola, Juan María Echeandía y Máximo
Dañobeitia.
En
Antioquia se recuerdan especialmente los presbíteros Jesús Lasaga, Manuel
Elejalde, Hilario Azanza, José Errasti y Cirilo Lejarreta, este ultimo capellán
de los “Gudaris”, que vino con un puñado de sacerdotes vascos exiliados tras la
Guerra Civil, escapando vestido de paisano al convento de Urretxu luego de ser
perseguido por los franquistas en la toma de Bilbao. De allí pasó a Francia
donde por medio de sus superiores viajó a América para participar de la
fundación de una casa pasionista en Medellín y junto con la mayoría de los
anteriores religiosos citados pasó a Puerto Rico.
El
arribo de la comunidad femenina ocurrió décadas después de establecida la
comunidad masculina, estos mismo realizaron en la década del 80 las gestiones
para que se instalara una comunidad femenina que apoyara las labores de
educación. Las precursoras de esta comunidad en el país fueron las hermanas Sor
Eduarda Achille y la provincial Sor María José Murua que desde España viajaron
a América para adelantar su misión. Cuando llegaron al país se entrevistaron
con el Padre Román Elexpuru, vicario regional de los Pasionistas. En Antioquia
las religiosas viajaron para realizar varias obras y misiones, en especial en la
ciudad de Medellín donde estaba ubicada la asociación “FE Y ALEGRIA”, cuyo
director fue el Padre Xenón Uriguen. Esta institución se ha preocupado por el
desarrollo de los barrios populares de América latina. Junto a las madres Murua
Achille vinieron la secretaria ejecutiva Madre Aurora de la Fuente, (Siervas de
San José) y otros muchos religiosos de esta comunidad.
En
Medellín visitaron varios barrios de la ciudad entre los que estaban Guadalupe,
París y Niquía. En relación a esta visita decidieron fundar en uno de los
barrios más pobres, el barrio Robledo Aures, ubicado en las laderas de
Medellín, una casa donde ayudarían a la población más vulnerable. De esta nueva
fundación se encargaron a las hermanas: Sor María Loreta Gabilondo, Sor Ana
Olga Ezguerra, Sor Ana María Tomas (brasilera), Sor María Concepción Aranceta y
Sor Amparo Quintana; quienes partirán a mediados de junio de 1979 de Europa hacia
América para dedicarse a la promoción humana, sociocultural y religiosa,
empezando por crear una escuela y acogiendo a los niños abandonados.
De
esta forma hasta la fecha la comunidad pasionista ha realizado varias obras
sociales en la Ciudad de Medellín y en el Departamento de Antioquia las cuales
han tenido un impacto positivo en los habitantes aledaños a sus fundaciones.
Podemos
notar por sus apellidos una amplia participación de religiosas y religiosos
vasco-navarros que vinieron a cumplir su labor misionera en Antioquia, entre
ellos por supuesto el de la madre Aranceta que hoy por hoy es recordada por sus
obras y su labor social en muchos de los barrios de Medellín, gracias a que por
más de 20 años estuvo dedicada al servicio de las comunidades más necesitadas
de la ciudad.
Autor:
John Alejandro Ricaurte
2 comentarios:
Soy de Sullana - Perú.
Por aquí estuvieron los Padres Pasionistas entre 1935 a 1952. Entre ellos el P. Máximo Dañobeitia.
Por favor si tuvieran una foto del sacerdote mencionado, les agradecería profundamente remitirla a sigsancri@yahoo.com
Espero vuestra respuesta.
Bendiciones.
SIGIFREDO SÁNCHEZ CRISANTO
Hola Sigifredo, nosotros desde el Centro de Estudios Vascos no tenemos imágenes del padre Máximo Dañobeitia, tendrías que comunicarte con la comunidad pasionista de Medellín, quizás ellos tengan un archivo fotográfico en el que aparezca el padre Máximo. Un saludo desde Medellín.
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