martes, 1 de mayo de 2012

Vidas Entregadas al Servicio: Ama Aranceta y los vascos de la comunidad pasionista en Antioquia

 La madre Concepción Aranceta es una simpática hermana de la comunidad pasionista entregada al servicio, así lo recuerda José Miguel Ramírez quien la conoció en su natal Pereira, produciendo un gesto de alegría cuando le recordamos el nombre de la madre vasca. Y es que para José Miguel Ramírez la madre vasca siempre estará muy presente, gracias al tiempo que compartió con ella y a las enseñanzas de la variedad vizcaína del euskera que recibió de esta dedicada maestra.
Contxita como le gusta que la llamen salió de su natal Elgeta a finales de los sesenta para cursar estudios teológicos en Roma, jamás pensó terminar en América y menos quedarse tanto tiempo. Todo comenzó cuando en 1979 fue enviada luego por la comunidad pasionista femenina a apoyar una misión ubicada en Latinoamérica, específicamente en la ciudad de Medellín. Su labor consistía en apoyar sobre todo a las mujeres vulnerables de los sectores más populares de la ciudad, a quienes dictaba talleres de manualidades, charlas de orientación y crecimiento personal, entre otras.
En esta labor desarrollada en los barrios periféricos de Medellín le ayudó otra religiosa vasca llamada Milagros y muchos otros religiosos de la comunidad pasionista que hacía presencia en Colombia. 
La comunidad pasionista fue una de las que participó activamente en la misión apostólica en América Latina. En Colombia primero se instaló la orden masculina en 1927 con miembros casi exclusivamente vascos, según el autor del libro Vascos en Colombia Francisco de Abrisqueta, cuando afirmó que pertenecían quizás a la comunidad pasionista de Urretxu, en Guipúzcoa. Por tal razón son recordados los nombres de los presbíteros Gabriel y Salvador Amézola, Juan María Echeandía y Máximo Dañobeitia.
En Antioquia se recuerdan especialmente los presbíteros Jesús Lasaga, Manuel Elejalde, Hilario Azanza, José Errasti y Cirilo Lejarreta, este ultimo capellán de los “Gudaris”, que vino con un puñado de sacerdotes vascos exiliados tras la Guerra Civil, escapando vestido de paisano al convento de Urretxu luego de ser perseguido por los franquistas en la toma de Bilbao. De allí pasó a Francia donde por medio de sus superiores viajó a América para participar de la fundación de una casa pasionista en Medellín y junto con la mayoría de los anteriores religiosos citados pasó a Puerto Rico.
El arribo de la comunidad femenina ocurrió décadas después de establecida la comunidad masculina, estos mismo realizaron en la década del 80 las gestiones para que se instalara una comunidad femenina que apoyara las labores de educación. Las precursoras de esta comunidad en el país fueron las hermanas Sor Eduarda Achille y la provincial Sor María José Murua que desde España viajaron a América para adelantar su misión. Cuando llegaron al país se entrevistaron con el Padre Román Elexpuru, vicario regional de los Pasionistas. En Antioquia las religiosas viajaron para realizar varias obras y misiones, en especial en la ciudad de Medellín donde estaba ubicada la asociación “FE Y ALEGRIA”, cuyo director fue el Padre Xenón Uriguen. Esta institución se ha preocupado por el desarrollo de los barrios populares de América latina. Junto a las madres Murua Achille vinieron la secretaria ejecutiva Madre Aurora de la Fuente, (Siervas de San José) y otros muchos religiosos de esta comunidad.
En Medellín visitaron varios barrios de la ciudad entre los que estaban Guadalupe, París y Niquía. En relación a esta visita decidieron fundar en uno de los barrios más pobres, el barrio Robledo Aures, ubicado en las laderas de Medellín, una casa donde ayudarían a la población más vulnerable. De esta nueva fundación se encargaron a las hermanas: Sor María Loreta Gabilondo, Sor Ana Olga Ezguerra, Sor Ana María Tomas (brasilera), Sor María Concepción Aranceta y Sor Amparo Quintana; quienes partirán a mediados de junio de 1979 de Europa hacia América para dedicarse a la promoción humana, sociocultural y religiosa, empezando por crear una escuela y acogiendo a los niños abandonados.
De esta forma hasta la fecha la comunidad pasionista ha realizado varias obras sociales en la Ciudad de Medellín y en el Departamento de Antioquia las cuales han tenido un impacto positivo en los habitantes aledaños a sus fundaciones.
Podemos notar por sus apellidos una amplia participación de religiosas y religiosos vasco-navarros que vinieron a cumplir su labor misionera en Antioquia, entre ellos por supuesto el de la madre Aranceta que hoy por hoy es recordada por sus obras y su labor social en muchos de los barrios de Medellín, gracias a que por más de 20 años estuvo dedicada al servicio de las comunidades más necesitadas de la ciudad.

Autor:
John Alejandro Ricaurte

2 comentarios:

SIGIFREDO SÁNCHEZ CRISANTO dijo...

Soy de Sullana - Perú.
Por aquí estuvieron los Padres Pasionistas entre 1935 a 1952. Entre ellos el P. Máximo Dañobeitia.
Por favor si tuvieran una foto del sacerdote mencionado, les agradecería profundamente remitirla a sigsancri@yahoo.com
Espero vuestra respuesta.
Bendiciones.
SIGIFREDO SÁNCHEZ CRISANTO

Centro de Estudios Vascos de Antioquia dijo...

Hola Sigifredo, nosotros desde el Centro de Estudios Vascos no tenemos imágenes del padre Máximo Dañobeitia, tendrías que comunicarte con la comunidad pasionista de Medellín, quizás ellos tengan un archivo fotográfico en el que aparezca el padre Máximo. Un saludo desde Medellín.