Agosto 11 del 2013
En homenaje a los docientos años de Independencia de la fantástica República Libre y
Soberana de Antioquia 1813-1816
En 1808, el apresamiento de Fernando VII, la
evolución de la guerra y los acontecimientos internacionales contribuyeron a
crear un clima que apuntaba a un obligado cambio político, realizado a través
de una convocatoria de Cortes.
A partir de 1810 en Antioquia se presentó una
respuesta única y novedosa frente al vacío de poder, que se presentó con la
elaboración de una etapa constitucional donde el pueblo antioqueño y sus
representantes actuaron de forma consecuente con su principio de pueblo
histórico, es decir, como una comunidad política histórica constituida bajo el
dominio español durante casi tres centurias, y que por tanto, tenía plenos
derechos de entablar una constitución en ausencia del Rey.
Una vez se derrocadas las autoridades
coloniales se creó una junta provincial que se reunió el 30 de agosto de 1810
en Santafé de Antioquia, lo que dio paso a la formación de los cimientos de una
nueva república, los cuales se pueden observar en la etapa constitucional
antioqueña que comenzó en 1811 con la aprobación de la primera Constitución
Provisional y la instalación de la primera asamblea constituyente, y pese a que
no fue una verdadera constitución sino más bien un primer ensayo, es necesario
señalar que esta carta política al establecer ciertos cauces de participación
abrió inmensas posibilidades para plantear las aspiraciones del cambio político
por parte del pueblo antioqueño.
Estas primeras actas y reuniones llegaron a
una etapa de madurez a principios de 1812 cuando se promulgó la Constitución
por la cual Antioquia se erige como un Estado Libre Independiente y Soberano a
partir del 3 de mayo de 1812.
Entre 1810 y 1812 los constituyentes
antioqueños coincidieron un grupo de individuos que tenían en común el ser
jóvenes, abogados y haber nacido en Antioquia producto del matrimonio entre una
antioqueña y un vasco o navarro. Entre estos artífices de la Independencia de
Antioquia encontramos a José María Ortiz, hijo del comerciante vizcaíno José
Domingo Ortiz; Pedro Arrubla, hijo del comerciante navarro Juan Pablo Pérez de
Rublas y Andrés Uruburú, hijo del riojano de padres alaveses, Valerio Ramón
Uruburú, quien se desempeño en Antioquia como Asentista del Real Estanco. A
este grupo se les pude agregar el doctor José María Montoya, descendiente del
alavés Fernando de Montoya, quien fue constituyente y primer Presidente del
Estado de Antioquia en 1811.
En 1813 los delicados sucesos políticos ante
el avance de los ejércitos realistas la legislatura provincial tomó la decisión
de formar un gobierno fuerte que hiciera valer la constitución antioqueña, es
así como el 31 de julio de 1813 le fueron atribuidas al presidente Juan del
Corral facultades dictatoriales. Unos meses después la junta de notables de la
ciudad de Antioquia reunida el 11 de agosto de 1813 por motivo de la delicada
situación política que llevó a “proclamar su independencia absoluta aquellos
pueblos hermanos que se han anticipado entre nosotros a sacudir gloriosamente
el yugo de la Monarquía española que hasta allí habían sufrido”.
Esta carta constitucional desconoció
cualquier todo vinculo con la metrópoli española, su Rey y sus representantes,
basándose de esta forma en el principio de soberanía popular, en el que se
promulgó que “el Estado de Antioquia desconoce por su Rey a Fernando VII y a
toda otra autoridad que no emane directamente del Pueblo, o sus
Representantes”. De esta forma se rompió “la unión política de dependencia con
la Metrópoli y quedando separado para siempre de la Corona y Gobierno de
España”.
En esta misma el Estado de Antioquia declaró
que “Que a virtud de esta abjuración se haga por toda la República el juramento
de absoluta independencia a que han venido por esta saludable y santa alteración,
y manda a los tribunales, corporaciones de toda clase, jueces y demás
ciudadanos de ella, que pasen a prestarlo el próximo día veinte y cuatro en los
lugares y ante quienes se dirá por reglamento separado, pena de ser desterrados
los que se negasen a este acto, y condenados a muerte los que desaprobándolo
trastornasen el orden social.”
Para ello fue muy importante la organización
militar del Estado para defender la constitución, el principio de soberanía
popular y por ende el territorio de la República. Para ello se estableció en
toda la República un cuerpo para de cuatro batallones en las cuatro ciudades
principales de la provincia: Santafé de Antioquia, Medellín, Rionegro y
Marinilla, al mismo tiempo que se organizaron los cuerpos de milicias voluntarias.
En la dirección del aparato militar de la
República antioqueña estaban los vascos José María Ortiz como Secretario de
Guerra y Hacienda, Andrés de Uruburú como Auditor de Guerra y Asesor de
Intendencia; Pedro Arrubla como Juez de Policía y Seguridad Pública y Fernando
Uruburú, miembro de la Junta de Seguridad de la provincia.
Además de ellos se encontraban entre los
oficiales del Batallón Antioquia el teniente de Infantería, Hermógenes Isaza,
descendiente de guipuzcoanos y los oficiales de los cuerpos de milicias
voluntarias: Carlos Gaviria, descendiente de alaveses; Andrés Marulanda, hijo
del guipuzcoano Juan Prudencio Marulanda Isaspiribil y Mariano Isaza,
descendiente también de guipuzcoanos.
Entre 1813 y 1814 estas fuerzas militares se
encargaron de la seguridad, vigilancia y control al interior de la República,
pero adicionalmente se enviaron algunas compañías de infantería fuera del
territorio antioqueño, para apoyar las campañas del sur que realizaba el
ejército de la federación de las Provincias Unidas de Nueva Granda. La primera
de ellas de dos compañías de infantería bajo las órdenes de José María
Gutiérrez, en la que también se pueden ubicar varios oficiales de origen vasco
y navarro como Lorenzo Cossío, Baltasar Salazar y José Urrea.
En la segunda expedición al sur enviada en
1814 bajo el mando del francés Emanuel Serviez, “Comandante de las fuerzas de
la república de Antioquia protectora de la libertad de los pueblos del sur”, se
destacó Mariano Barreneche, nieto del comerciante baztanés Juan Bautista
Barreneche. Así mismo otros soldados como el de la familia Alzate, de origen
guipuzcoano, que envió a varios de los miembros de este clan a defender en
otros territorios la República de Antioquia.
Entre 1814 y 1815 se presentaron nuevas reformas
a la constitución antioqueña por medio de la figura del plebiscito. En esta
etapa es posible observar la forma particular como el pueblo antioqueño
respondió ante la crisis de la monarquía y el vacío de poder, definiendo su
proyecto político de pueblo histórico.
Los ideales de constituir la República de
Antioquia fueron arrebatadas por los ejércitos del Rey, que lograron la
Restauración de la monarquía española en 1816. Así culminaron las aspiraciones
del pueblo histórico antioqueño de constituir una nueva patria libre y soberana
en el hemisferio americano, que comenzó el 11 de agosto de 1813 cuando las
elites políticas y económicas de la ex-provincia española de Antioquia, dentro
del cual se destacaron los descendientes vasco-navarros, respondió de una
manera singular y fantástica al reto político que se generó durante la crisis y
vacío de poder de la monarquía española.
Autor: Jon Ricaurte
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