En 1813 el estado soberano de Antioquia declaró su
independencia absoluta de la metrópoli española y sus centros de poder en
América, como producto de un proceso iniciado en 1808 desde que la monarquía peninsular
entró en crisis.
Durante este periodo el Estado de Antioquia dictó
una serie de cartas constitucionales de las cuales la más radical fue la de
1813, pues cortó todo vínculo con el pasado colonial, el rey y sus
representantes. Además de ello, Antioquia constituyó una particular forma de
gobierno, la más excepcional en toda Suramérica, pues se erigió bajo la figura
“dictatorial”, pero de una forma concertada y pactada con el pueblo y sus
representantes, garantizando que esta sería la mejor forma de gobierno que
pudiera defender la soberanía popular antioqueña de sus enemigos.
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Constitución de Antioquia de 1812 |
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Sello de Antioquia |
En
estos cuerpos donde confluyeron gentes de diversos orígenes, tanto como diversa
era toda la América, los descendientes de vascos en Antioquia tuvieron en
Mariano Barreneche a uno de sus más grandes representantes, debido a que alcanzó
grandes momentos de gloria al lado de José María Córdova, el prócer más
ovacionado en toda la historia republicana de Antioquia.
La
familia del coronel Barreneche provenía del Valle del Baztan, una mítica
población ubicada en el norte del Reino de Navarra. Se habían radicado en
Antioquia desde mediados del siglo XVIII por medio del baztanés Juan Bautista
Barreneche Indart. Los Barreneche tenían en Antioquia el control de una
importante parte del comercio, de la exportación de oro en polvo y de la
importación de mercancías traídas desde Europa. Los responsables de esta
empresa familiar fueron los hermanos Juan José y Juan Bautista Barreneche
Indart, el primero ubicado en Cádiz desde donde manejaba los negocios en Europa
y el segundo en la provincia de Antioquia, ubicada al otro lado del atlántico.
Juan
Bautista Barreneche realizó en Antioquia importantes introducciones de
mercancías por una gran cuantía, lo que lo llevó a ser uno de los principales
introductores de toda la provincia, en una actividad que en Antioquia dominaban los vasco-navarros y en general los peninsulares norteños.
Además
de ello, los Barreneche fueron mineros y comerciantes como muchas otras
familias navarras en Antioquia, entre ellas los Saldarriaga provenientes
también del valle del Baztan y los Arrubla provenientes de la población de
Ustes. Al respecto, Juan Bautista constituyó junto a su socio vasco José de
Zulaica y Cortabarria la compañía más antigua por acciones formada en
Antioquia, que data del 15 de marzo de 1777, con el objetivo de explotar las
minas de veta del cerro de Buriticá.
Los
hijos de Juan Bautista ya arraigados en Antioquia continuaron con las
actividades comerciales iniciadas por su padre, se dedicaron a estas
actividades durante la época colonial. Entre 1808 y 1814 años en que la
monarquía española entró en crisis, la condición de muchas de las familias
vasco-antioqueñas giro entre la lealtad a la monarquía española que representaba, unía y
mantenía los distintos reinos peninsulares o la idea de abrazar una nueva
patria en el recién fundado Estado Libre y Soberano de Antioquia.
En
el caso de aquellas familias vasco-navarras que apoyaron la independencia se puede
inferir que se guiaron de forma pragmática por su relación con el comercio internacional,
dado que fue de enorme importancia mantener el negocio familiar. Otras por el
contrario, tuvieron más cautela de mantener posiciones radicales con el objeto
de salvaguardar sus actividades comerciales, bienes, vidas y familia.
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Sello del Estado de Antioquia |
Si
bien es cierto que las generaciones de los nacidos en América se adhirieron con
mayor pasión a los giros que tomaba las contiendas, como lo hicieron los
Arrubla, descendientes de los navarros Juan Pablo y Tomás Pérez de Rublas –ambas
líneas de la familia, los de Rionegro y los de Santafé de Antioquia
participaron de manera notable en la independencia financiando las operaciones
sediciosas, entregando información y organizando algunos golpes a los fieles al
rey–. Los Barreneche por el contrario, salvo el coronel Mariano Barreneche, se
mantuvieron al margen de los acontecimientos. Lo anterior nos lleva a deducir
que Mariano se enlistó en los ejércitos revolucionarios a título propio y no
para representar los intereses de su familias como si sucedió con los Arrubla,
Uribe, Santamaría, Montoya, Ortiz, Uruburu, Saldarriaga, Mondragón, Isaza,
Alzate, Aránzazu, Echeverry, Echavarría, Aristizábal, por solo mencionar las
principales familias vasco-antioqueñas que tenían el control de gran parte del
comercio de esta importante provincia minera, ubicada estratégicamente en la
esquina nor-occidental de Suramérica.
El
coronel Mariano Barreneche había nacido en Envigado en una familia tradicional
antioqueña tal como lo relata su padre, quien era hijo del comerciante baztanés:
“me casé el 19 de enero de 1803 el día 23 de marzo de 1804 nació mi hijo
Mariano, lo bautizó el doctor Cristóbal…”. Se enlistó en el ejército realista después
de 1813, llegando a actuar en la campaña de la costa norte y en el sitio de
Cartagena. Al tiempo, participó en las campañas del sur: Pichincha y Ayacucho, además,
participó en la ocupación de la gobernación de Santa Marta, que se mantenía hasta
entonces como fiel al monarca español.
Mariano
luchó contra las tropas españolas en el cuerpo llamado "Batallón
Antioquia” dirigido por el valiente y siempre fiel a sus principios
republicanos José María Córdova, nacido en la ciudad de Rionegro, Antioquia.
Barreneche se encontraba al mando de una división contra los españoles formada
por antioqueños adeptos a la causa de la independencia, una porción de los cuales es posible observar sus raíces vasco-navarras, en especial entre la oficialidad, como lo podemos constatar en los apellidos de
los 4 oficiales de la cuarta compañía del Batallón Antioquia eran estos: el
capitán José Urrea, los tenientes Manuel Álzate y Manuel Ortiz y el subteniente
Joaquín Viana.
Así
mismo, se destacan entre los oficiales antioqueños los descendientes de vascos,
como: los capitanes Miguel Álzate, José Ignacio Echeverri, Manuel Herrera,
Baltasar Salazar; los comandantes Diego Gómez de Salazar, Rafael Isaza, Mateo
Uribe, Lucas Zuleta y Mariano Zuleta; los coroneles José Manuel Montoya; el general Braulio Henao; el mayor Ignacio Castañeda
y Atehortua; los coroneles Carlos Gaviria y Antonio María Londoño; los oficiales
Antonio Gómez Arbeláez; los tenientes José Liborio Arango, el subteniente Joaquín
Viana; los sargentos José Bernardo
Bolívar; entre otros oficiales como Blas Uribe y otros de apellido Saldarriaga.
Este
grupo de oficiales antioqueños descendientes de vascos que tomaron parte en las
independencias americanas dieron muestras de valor, coraje y pericia en las
batallas que participaron, pese a su reciente formación e inexperiencia militar,
ya que ninguno de ellos había
participado en algún enfrentamiento bélico. Se enlistaron muy jovenes durante la pubescente etapa
militar antioqueña y fueron entrenados por experimentados militares franceses que como Serviez vinieron para este propósito a Antioquia. Los extranjeros que vinieron, lo hicieron en calidad de instructores puesto que no fueron notables
entre la oficialidad de los batallones antioqueños, puesto que los
comandantes antioqueños habían nacido en sus jurisdicciones territoriales
y se formaron al calor de la guerra. Lo anterior,
le dio a los cuerpos antioqueños ventajas en la batalla respecto a los demás batallones bolivarianos –donde se puede observar una fuerte presencia de oficiales extranjeros– por ejemplo, en la
comunicación, ya que sus oficiales no hablaban un idioma extranjero, pero también el
trato era más cercano ya que existían vínculos de paisanaje y camaradería.
Así
los militares de la montaña actuaron como un cuerpo compacto consecuente a la noción de patria y libertad, la cual construida en esta época
generó la categoría de “antioqueños”. Que a su vez, estaba envuelta en una más amplia como lo era de la "americanos", por ello, la idea de contribuir a la libertad de los demás pueblos americanos y de expulsar el dominio
español de la América entera. En este sentido, se puede observar como la noción de patria que se
construyó, se hizo en el sentido de la tierra donde habían nacido los padres, es
decir, Antioquia como la máxima expresión de la patria libre, enmarcada dentro del conjunto de patrias existentes en Suramérica que también luchaban por su libertad. Por esto, los antioqueños marcharon como
una unidad compacta dentro de las tropas bolivarianas para combatir en las campañas del sur y libertar el conjunto de patrias en otros territorios más allá de sus fronteras, bajo el mando del héroe antioqueño José María Córdova y su fiel comandante Mariano
Barreneche.
Barreneche
se contagio del carisma, arrojo y valentía que Córdova imprimió a las batallas
en que participó, razón por la cual, fue laureado también en las campañas del
sur y junto a él todos los antioqueños y vasco-antioqueños que participaron en
esta campaña y ayudaron a la libertad de territorios en Perú y las actuales
Bolivia y Ecuador. Al final de las batallas Córdova y todos sus oficiales entre
ellos Barreneche llegaron a Antioquia como unos verdaderos héroes, pese a las
bajas y la contribución económica que toda Antioquia hizo a la libertad de
otras regiones en el sur. De manera que Antioquia, más que cualquier otra ex
provincia española contribuyó en hombres y sobre todo en recursos.
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José María Córdova Muñoz |
Así
sucedió en 1829 cuando el coronel José María Córdova en nombre de la
constitución de Cúcuta con el ánimo de salvar los preceptos republicanos bajo
los cuales había luchado, se levantó en armas contra el ejército de Bolívar y
sus ministros opresores. Así pues, Córdova apeló a la fidelidad de sus paisanos
antioqueños para enfrentar el gobierno tiránico que se había establecido en
torno a la figura de Bolívar, tal como lo muestra en su proclama a los
antioqueños:
Antioqueños. Mi rápida venida a esta provincia y circunstancias
posteriores os han alarmado. Nada importante en este mundo se hace con la
tranquilidad de la vida común. Consecuente con mis principios republicanos, y
en el amor a la libertad, i por consiguiente desesperado de la conducta y
proyectos del general Bolívar, que oprime toda la República, he determinado
hace muchos días, ponerme al frente de los verdaderos patriotas y hombres
libres, para frustrar las miras ambiciosas y restituir a la nación su libertad
perdida.
La
idea de la construcción de la nación ideada por Bolívar no había respetado la
personalidad que imprimieron los pueblos históricos como el antioqueño en el
momento en que se asumió la soberanía popular, y que fue plasmada en su etapa
constitucional. Por tal razón, los hijos de Antioquia durante todo el periodo
decimonónico lucharon por constituirse en un Estado con independencia
gubernativa, legislativa y fiscal, hasta lograrlo finalmente con la
restauración del Estado de Antioquia, logrado a partir de 1861 y refrendado con
la constitución de Rionegro, Antioquia, de 1863.
La
empresa ideada por Córdova de derrotar al experimentado ejercito bolivariano y
a sus mercenarios extranjeros, así no se tuviera la certeza de la victoria, fue
necesaria para aquellos que permanecían fieles a la noción de que la soberanía
debería ser entregada a los pueblos y no a los tiranos y sus ministros. Por
ello, José María Córdova realizó varias maniobras para conectar otros cuerpos
que en otros Estados –degradados a departamentos según el modelo republicano
francés– resistían a la opresión bolivariana y sus consejeros. Sin embargo, fue
en vano el esfuerzo por reunir a los ejércitos del sur, especialmente del
Cauca, que compartían su misma impresión del gobierno tiránico y centralista
que ahogaba los pueblos libres americanos.
En
una rápida maniobra para aplastar la sedición protagonizada por los
antioqueños, Bolívar envió a sus más experimentados mercenarios extranjeros de
naciones como Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos. Así, los
ejércitos de Bolívar marcharon al encuentro con Córdova en la población
antioqueña del Santuario, lugar desde donde operaba el ejército libre de
Antioquia, estos comandantes mercenarios estaban divididos en tres cuerpos a la
cabeza de los irlandeses Daniel Florencio O´Leary y William Ferguson y el francés
Carlos Castelli.
Pese
a la superioridad numérica del ejército mercenario, el general Córdova se lanzó
al encuentro de sus enemigos, pero las tres escuadras bolivarianas aplastaron a
los idealistas antioqueños, dispersando sus fuerzas. Un cuerpo permaneció al
lado de Córdova pero fue rendido por la superioridad militar y numérica, el
héroe fue capturado cuando se encontraba mal herido.
Así,
de forma cobarde, sin un juicio por su sedición, sin honores militares, sin
reconocimiento de su lucha a favor de la independencia de Suramérica y sin
siquiera muestras del mínimo respeto, el héroe fue asesinado por la mano de uno
de esos mercenarios irlandeses llamado Ruperto Hand. Como resultado de su
sedición y por atreverse a desafiar al ejercito bolivariano, la realidad
entorno a la figura heroica de Córdova fue falseada, su notable carrera
militar minimizada y su impecable accionar en batalla olvidado.
Por
suerte, su comandante vasco-antioqueño, Mariano Barreneche, logró huir con vida
de aquella batalla junto a un gran número de soldados antioqueños y oficiales
entre los que se encontraba el hermano del héroe, Salvador Córdova. Ambos,
Mariano y Salvador continuaron la lucha por la libertad y siguieron los
preceptos e ideas del héroe antioqueño.
Después
de la derrota propiciada por los ejércitos bolivarianos a los antioqueños,
Mariano Barreneche marchó a Popayán y Cauca desde donde lideró la revolución
contra Bolívar y el gobierno despótico que se había instaurado en Bogotá.
Posteriormente los estados protagonizaron nuevas sediciones y ataques contra el
centralismo bolivariano, casi hasta hacer insostenible el proyecto de Bolívar.
La consecuencia fue la inmediata fragmentación del gran Estado bolivariano, en
múltiples Estados. Sin embargo, los antioqueños no pudieron alcanzar su estado
propio y tuvieron que seguir luchando por su libertad, hasta 1861 cuando
después de muchas batallas se logró restaurar el Estado de Antioquia, que había
nacido después de la crisis de la monarquía española al igual que la mayoría de
los nuevos Estados Americanos.
Nuestro
héroe José María Córdova aunque fue condenado al anonimato cada vez más se
viene dando a conocer su contribución a la independencia suramericana y a su
vez la contribución de Antioquia en hombres valientes y arrojados, pero también
en recursos económicos, ya que la ex-provincia española de Antioquia tuvo que
cargar con gran parte de los costos de la guerra. Es posible afirmar que el oro
de Antioquia pagó las campañas del sur, los mercenarios extranjeros y los
empréstitos que las casas comerciales londinenses hicieron para logrear la
Independencia de Suramérica.
Entre
tanto, Mariano Barreneche fue el representante de una porción de los
antioqueños que tiene sus ascendentes en los territorios históricos vascos,
quienes al igual que sus paisanos pirenaicos crearon una conciencia particular
de autonomía hacía la patria donde nacieron sus padres, su historia y cultura.
Desafortunadamente, como sucedió en este caso, la patria histórica antioqueña fue
remplaza por el Estado Nacional Bolivariano que conquistó por las armas y la
habilidad política a la nación cultural e histórica.
Autor:
Jon Ricaurte
1 comentario:
Thanks for sharing, nice post! Post really provice useful information!
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